Es una casa, o tal vez una morada, o tal vez un castillo, o tal vez una cueva, o tal vez una choza...es la casa que tú quieras imaginar. La casa con la que siempre soñaste o la casa con la que siempre quisiste soñar o las dos cosas o tal vez esa casa en la que jugabas cuando eras niño. Es esa casa que imaginas al cerrar los ojos, es esa casa que esperas encontrarte a la vuelta de esa esquina, es esa morada que tanto anhelas. Es esa casa, la casa en la que construímos nuestros sueños cada día, por eso en ella se escriben nuestros relatos, esos relatos que con tanto amor e imaginación convertimos en tinta y papel, y de tan fuerte que los imaginamos los convertimos en carne y hueso. En una fuerte fortificación hecha a base de piedras pequeñas. Creamos nuestra imaginación hasta convertirla en seres de carne y hueso: nosotros mismos.